EL ARTE DE LA INTERPRETACIÓN: MENTIR CON VERDAD
Entre bambalinas, detrás del maquillaje y el vestuario de sus personajes, Itziar Lazkano, Lander Otaola y Joseba Usabiaga explican lo que se esconde tras el oficio del actor
Constituido por un conjunto de artistas que derrochan pasión y que transmiten su emoción al público ya sea en teatro, en cine o en televisión, el mundo de la interpretación encierra misterios que aún no han sido desvelados. De todos los oficios que se articulan en el universo cinematográfico, puede que éste sea uno de los menos explorados. Se sabe poco de los actores que, siempre camuflados bajo diferentes identidades, mienten tanto en sus obras como en las más que cansinas entrevistas de promoción. Actores que despuntan por su fama de egocéntricos y paradójicamente tímidos, a los que en muchas ocasiones se les acusa de llevar una vida poco estable. Hoy se encuentran trabajando en la tele, mañana madrugan para ir a un rodaje y pasado esperan a que suene el teléfono mientras ensayan para una nueva obra de teatro. Estrés e incertidumbre, ingredientes que sustentan la vida de un actor. Una vida que esconde un misterio. El misterio de encarnar, de dar vida a los personajes, de ser quién no eres y, en definitiva, de mentir con verdad.
En Euskadi, el cine vive uno de sus momentos más dulces. Por su parte, la televisión autonómica, cantera de infinidad de actores y actrices con prometedoras carreras, atraviesa momentos complicados. Y el teatro, el teatro siempre resiste. Joseba Usabiaga, Lander Otaola e Itziar Lazkano representan a distintas generaciones en estos tres espacios diferentes. Sin embargo, comparten un arte irremplazable. El arte irremplazable de la interpretación.

Inicios Divergentes
Lander Otaola, actor baracaldés conocido por el gran público gracias a Vaya Semanita y Ocho Apellidos Vascos, nunca ha tenido dudas. “Yo desde pequeño he querido ser actor. Siempre lo he visto claro. No sé por qué me viene esta tara, pero desde pequeño sabía que quería ser cómico, actor o algo relacionado con las artes escénicas. Y cuando terminé selectividad hice bachiller, saqué buenas notas y le dije a mi madre: bueno, el pacto era hasta aquí. Ahora quiero hacer arte dramático”. No obstante, no todos lo tenían tan claro.
Pese a que el gusto por los escenarios se remonta a sus días de colegio, fue con 22 años cuando la polifacética actriz portugaluja Itziar Lazkano, decidió inscribirse en Cómicos de la Legua, una de las pocas escuelas de teatro que existían en Bilbao por aquel entonces. “Me apunté con la idea de hacer algún curso, para entretenerme con algo que me gustaba, hasta hoy”, sentencia la más que premiada actriz, avalada por 35 años de carrera plagados de importantes trabajos, tanto en el cine como en el teatro y la televisión.
El caso de Joseba Usabiaga aúna vocación y azar. Conocido por los espectadores vascos gracias a la exitosa serie de ETB-1 Goenkale, el tolosarra cuenta cómo fueron sus comienzos en el mundo de la interpretación. “Yo creo que tendría unos 14 años cuando empezamos a actuar en las obras de fin de curso del colegio. Al salir de allí”, afirma el guipuzcoano, “un grupo de amigos que compartíamos el gusto por el teatro decidimos hacer algo más profesional. Así que nos juntamos y creamos una compañía de payasos con la que empezamos a ir de pueblo en pueblo ofreciendo un espectáculo”. Posteriormente, Joseba hizo el casting para Goenkale, donde ha trabajado durante 11 años. Le ha tocado alternar largos días de grabación con su proyecto teatral, pero no parece haberle importado.
Esfuerzo y talento como pilares
A comienzos de los años 90 del siglo pasado, el psicólogo sueco K. Anders Ericsson, junto con dos colegas, llevó a cabo en la elitista Academia de Música de Berlín un experimento que daría lugar a la regla de las 10.000 horas. Dicha regla dice que en caso de emplear ese tiempo y no menos en la práctica dedicada a un tema, uno se convierte en experto en esa materia.
En este sentido, tanto Itziar como Lander coinciden en que el talento juega un papel importante en el mundo de la interpretación, pero también resaltan que el trabajo, como en cualquier oficio, es fundamental. “Yo creo que uno puede nacer con talento para ser actor o para ser cualquier otra cosa”, asegura Itziar. “Lo que pasa es que yo creo que luego hay que hacerse, hay que formarse. No creo en el talento eterno. Para nada. Pienso que el talento es algo que también hay que alimentar, si no se acaba”, añade.
Por su parte, Lander señala la disciplina como un elemento fundamental en la actuación. “Yo conozco a actores que empezaron conmigo, actores geniales, que luego no trabajan porque son un desastre”, afirma. “No se aprenden los textos, no se esfuerzan, llegan en malas condiciones en su trabajo…”, asevera el actor, que, paralelamente, no menoscaba la importancia que tienen las aptitudes de cada uno a la hora de interpretar. “Yo creo que hay un punto que tienes que nacer con ello, tienes que tener algo ahí dentro”, afirma Lander. “Yo no no podría ser matemático porque no se me dan bien las mates, no podría ser pintor porque pinto fatal. Y creo que esto es lo que menos mal se me da, así que puedo dedicarme a ello”, concluye.
Cómo preparar un papel
Las fuentes de inspiración a la hora de preparar la interpretación de un personaje son múltiples y diversas. “Me busco fuentes de inspiración de muchos sitios”, manifiesta Itziar. A veces lo encuentro en la calle, o si está relacionado con enfermedades neurológicas, como hicimos un montaje hace unos años, pues fui al hospital. Otra vez hicimos un trabajo de prostitutas, así que me daba paseitos por San Francisco... En fin, de donde sea”, concluye.
Por su parte, Lander asegura que no tiene por costumbre tratar de emular a algo o a alguien. “Me parece que lo bonito de la interpretación es ser único. Tenemos muchos referentes inconscientes que te vienen, pero no suelo inspirarme en algo o en alguien concreto, porque si no tienes el peligro de que empieces a imitar”, afirma. Por otra parte, el baracaldés subraya la importancia de contar con buenos compañeros, un buen director y una buena historia. “Esto al final es como el fútbol: tú si juegas con Messi, vas a ser mejor jugador que si juegas con alguien de segunda regional. Si tienes buenos compañeros al lado, ellos te van a devolver buenas pelotas y vas a jugar mejor”.
“Lo primero de todo leer muchas veces el texto, comprender la historia y tratar de leer entre líneas. Porque lo más importante está en las personas, y por tanto en los personajes”, afirma Itziar. En este sentido, Joseba sostiene que un actor necesita “ensayar mucho, aprenderse bien el papel y meterse bien en él”. “Hay algunos personajes muy difíciles de hacer, personajes de mucha contención, de para adentro”, declara. El tolosarra pone como ejemplo su última y primera película, Pikadero: “con Ben Sharrock, el director, estuvimos mucho tiempo ensayando antes de la peli, y durante la película los ensayos también fueron bastante exhaustivos”.
Si no te vas a dejar la piel, mejor no lo hagas
Lander Otaola


Un actor necesita ensayar mucho, aprenderse bien el papel y meterse bien en él
Joseba Usabiaga


En cuanto a la implicación en un proyecto, los tres coinciden en que les resulta indiferente la envergadura y las expectativas del mismo. Siempre le ponen las mismas ganas. Lander asegura que intenta implicarse en todo lo que hace, puesto que de no ser así no lo haría. “Pienso que, en todo lo que hago, para bien o para mal, tengo que dar el cien por cien. No es una cosa de decir: no, aquí como me pagan más, me esfuerzo más. Me parece absurdo ese concepto del arte o del cine”, afirma. Por una razón de coherencia, su implicación es absoluta tanto en una gran producción como en una película con bajo presupuesto o en un corto que no vaya a ver mucha gente . “Si no te vas a dejar la piel, mejor no lo hagas”, sentencia el actor.
Pasión por el teatro
Ya lo decía Peter Brook, “cuando el teatro es necesario, no hay nada más necesario”. Y es que el teatro “es lo que es, está vivo y no hay marcha atrás” dice Itziar, completamente enamorada de este arte. “Te hace sentir la conexión directa con el público, tan inmediata, tan cercana...”. Una manera de transmitir las emociones del actor sin intermediarios, cara a cara con un público tan dispuesto a ovacionar como a abuchear a cualquiera que intente mentirle de mala manera. “Es muy arriesgado, - confesa Itziar Lazkano- los actores de teatro siempre tenemos que estar bastante más entrenados para los imprevistos”.
Habiéndose formado en el teatro, Itziar se siente como en casa a la hora de pisar un escenario.“Yo me hice en el teatro y amo el teatro. Y me gusta muchísimo, y me siento en mi casa cuando estoy haciendo teatro. Es que todo es muy apasionante”. Lo mismo opina Lander, al que le “alucina” esta forma de contar historias. “Me parece que lo bonito de la interpretación es ser único”, afirma Lander, y qué mejor lugar para ser único que el teatro.
La gran generación vasca
En Euskadi se dan unas circunstancias especiales en los últimos tiempos con el cine, hay mucho apoyo al cortometraje y se apoya también a los festivales de cine y todo ello ha cuajado, madurado y curtido una nueva generación de actores y directores vascos. “Ahora tenemos la suerte de que se puede hacer cine en Euskadi porque hay más apoyo institucional y se puede hacer cine en euskera que encima interesa fuera. Creo que viene una generación muy buena con gente como Roberto San Sebastián o Haritz Zubillaga. Gente que viene del corto, de haber triunfado en ese mundo, con un lenguaje muy diferente.” Lander Otaola sabe de lo que habla porque ha trabajado con directores como Pedro Olea, sabe lo que es saborear ese triunfo y formar parte de esta generación.
Joseba Usabiaga explica que "a dos, tres, cuatro años vista hay futuro, hay unos grandes precedentes como Alex o Medem, luego hubo un gran vacío pero a partir de Aupa Etxebeste! se han hecho más películas sobre todo en los últimos años con Loreak y con Amama." Anteriormente también se hacían películas como Izarren Argia y Bypass y en un futuro se harán más películas. ¿Por qué? Porque por un lado ETB ayuda a las películas, Eusko Jaurlaritza ayuda, "no la necesaria" como matiza Joseba "no tanto como se quisiera ayudar, pero garantiza películas con la suficiente calidad como para enseñar a nivel nacional y a nivel mundial el cine de calidad que tenemos en el País Vasco."
¿Un sueldo de cine?
“Vamos a tocar madera” sugiere Lander Otaola, al tratar de explicar que hasta ahora vive de esto pero tampoco quiere que la gente se aproveche de los actores en épocas de crisis. “Tampoco me gusta que me timen y trabajar por menos de lo que nos merecemos, que eso también pasa”.
“Todo depende de la productora con la que estés trabajando. Para eso tenemos trabajos que están bien remunerados y en los que cobramos muy bien y otros en los que no te importa porque el proyecto merece la pena por muchas razones”, explica Itziar. Esta es la verdadera situación de muchos actores vascos, teniendo que compaginar trabajos y alternar muchas veces épocas altas con bajas de producción, incertidumbre continua.
"Un actor está más tiempo parado que trabajando. El último año trabajé 180 días, seis meses cotizados a la Seguridad Social. ¡Y eso que no paré! Fernando Fernán Gómez se tiró siete años sin trabajar. No sirve de mucho trabajar 20 días, por mucho que cobres, si luego te tiras seis meses en casa. Al final haces la cuenta y ganas como un camarero de un buen restaurante", calcula el actor Roberto Álvarez.
"El diez por ciento gana dinero, pero el resto de la profesión vive tirando a mal", asegura el también actor Jorge Sanz. "Raúl Arévalo y Antonio de la Torre tienen un Goya y no cobrarán más de 60.000 euros y en una película coral con varios protagonistas no pagan más de 30.000 euros por cabeza. Y eso con actores conocidos y en producciones de presupuesto medio, que rondan los dos millones o dos millones y medio de euros".
"Mi maestro en el teatro fue el mejor: Ramón Barea", presume Itziar con una sonrisa. En aquel entonces el teatro era un arte en el que pocos se especializaban o al que se dedicaban plenamente. "No como ahora,- dice Itziar- que los jóvenes tienen más oportunidades, hay muchas más escuelas". La formación es crucial y, de hecho, en Euskadi son cada vez más las escuelas de interpretación. El teatro resiste.
Los actores de teatro siempre tenemos que estar bastante más entrenados para los imprevistos
Itziar Lazkano


Mikel Rueda, director y productor bilbaíno, menciona un estudio de la Unión de Actores y Actrices que sostiene que más del 80% de los actores no llegan a fin de mes únicamente con su oficio, por lo que tienen que buscar un trabajo alternativo.
Esta misma organización destaca la diferencia entre actuar para una obra de teatro o para el cine o la televisión. En 2014, en España, un actor protagonista de teatro ganaría unos 3.063,93€ al mes, frente a los 8.592,40€ y 7.768,61€ que cobra un actor protagonista en el cine y la televisión respectivamente. Esto sin contar con la diferencia salarial de las mujeres con respecto a los hombres en el mundo de la interpretación, lo que recientemente ha creado numerosas polémicas. La actriz internacional Sienna Miller, renunció el pasado octubre a trabajar en una obra de teatro porque le ofrecían la mitad de dinero que al actor protagonista. "He hecho lo que tenemos que empezar a hacer, aunque vaya en contra de nuestros sueños artísticos", declaró la actríz.
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